Profesionales del Centro Científico advierten que se debe actuar con cautela, aunque reconocen que el 2024 se terminará con uno de los mejores registros de las últimas décadas.
Las últimas precipitaciones pluviométricas fueron recibidas con expectativas, sobre todo al interior del sector secano y crianceros de la Provincia de Elqui. No solo les permite tener una pradera verde para los meses de agosto y septiembre, sino que también están conscientes que la bajada de las quebradas permite una recuperación de las napas de las vertientes que existen en las diferentes majadas.
Sin embargo, desde el Centro Científico CEAZA admite que se debe reaccionar con cautela. Puntualizan que las intensas lluvias en ningún caso revierten los más de 15 años de dura sequía, aunque admiten que dejan en una mejor condición a la región. “Hay que recalcar que a pesar de que hayamos tenido una mayor cantidad de precipitaciones y que estamos fuera del déficit con respecto a un año normal, esto no quita el hecho de que se haya terminado un proceso que es de mucho más largo plazo y que tiene efectos mucho más permanentes. Estamos ante un escenario complejo en relación a la disponibilidad de agua y de vulnerabilidad en relación a las actividades económicas que normalmente desarrollamos en este territorio y que cuestionan nuestros hábitos”, admitió el Dr. Carlos Olavarría, director ejecutivo del Centro Científico CEAZA.
Es por ello que en esta línea prefieren utilizar el concepto de desertificación de la Región de Coquimbo, luego que estiman que el término de sequía no abarca la magnitud, espacialidad y temporalidad del fenómeno climático que afecta a la región. De hecho, este análisis cobra fuerza cuando cada 17 de junio se conmemora el Día Mundial de lucha contra la Desertificación y la Sequía.
POSITIVAS CIFRAS
En el balance del sistema frontal que se registró entre el 13 y el 14 de junio de 20254, Tomás Caballero, meteorólogo del CEAZA admitió que se trató de un evento que tuvo tasas de precipitación bastante altas y que dentro de la provincia del Elqui la zona de Las Cardas registró 95 mm, Andacollo con 85 mm.
Asimismo, resaltó que en la mayoría de las estaciones se finalizó con un superávit para la fecha y para el año. “Esto significa que aún si no llueve en el resto del año, vamos a terminar con un año normal a lluvioso, que estamos superando las precipitaciones promedio de los últimos 30 años”, remarcó el profesional.
Sin embargo, insistió que en ningún caso es el final de la sequía en la región, ya que el concepto de superávit sirve solamente para calificar el balance anual de las precipitaciones. “En cada estación, para saber la precipitación normal, se calcularía la climatología de los últimos 30 años, el promedio de los últimos 30 años, y si superamos ese promedio estamos en superávit y bajo ese promedio estamos en déficit”, aclara el meteorólogo (…) Actualmente vamos a estar en un superávit en la mayoría de las estaciones en lo que queda del año. Esto no significa que se acabe la sequía, producto de que necesitaríamos varios años con estas precipitaciones y estos montos para poder recuperar el sistema hídrico de la región que es lo que determina la sequía. Vamos a tener agua durante un tiempo, pero no significa que vayamos a tener mucho más a futuro”, profundiza.
Cristian Muñoz, modelador estadístico de geociencias del CEAZA complementa que lo importante para los embalses y caudales es lo acumulado hasta septiembre, “cuando llega el fin de la temporada lluviosa y comienza la temporada de deshielo en la cordillera (…) En ese sentido, se necesita la ocurrencia de más precipitaciones para que la temporada lluviosa finalice con montos por sobre lo normal. Por ejemplo, en el aeródromo de La Florida se necesitan aún casi 25 mm de precipitación para que la temporada lluviosa finalice como ‘normal’.