Un grupo de investigadores del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), con el apoyo de diversas instituciones, crearon una nueva herramienta operativa, que proporciona datos sobre el equivalente en agua de la nieve en las cinco cuencas principales de montaña de la región de Coquimbo, abarcando el período desde el año 2000 hasta la actualidad.

La nieve es la principal fuente de agua dulce en la Región de Coquimbo, pero aún es escaso el conocimiento acerca de su cantidad junto con su aporte a ríos y embalses. Un equipo científico trabaja para generar información que resulte útil para la planificación y administración de este recurso hídrico en el contexto de megasequía y desertificación del territorio.

¿Cuánta nieve hay en la cordillera? ¿y cuánta agua aporta a los ríos y embalses? Parecen preguntas simples, pero su respuesta es compleja y desafiante para un grupo de científicos que esperan contribuir a la adaptación del territorio a la escasez hídrica.

“Una gran parte del agua en los cauces de la región proviene de la nieve de la alta montaña. Sin embargo, aún disponemos de poca información sobre la cantidad exacta que se acumula cada invierno. Por un lado, hay pocas estaciones meteorológicas que miden la altura de la nieve y las pocas que hay sólo miden un punto que no es muy representativo para todo un valle o una región; por otro lado, las imágenes satelitales tomadas desde el espacio sólo proporcionan información sobre el área de la cobertura nival, sin detalles sobre su profundidad o cantidad de agua correspondiente”, explica la doctora Simone Schauwecker, investigadora del CEAZA.

“A pesar de la importancia de la nieve para esta zona árida, observamos que no existe mucha información sobre la nieve, por ejemplo, la cantidad de agua que contiene la nieve que se acumula en la cordillera, cómo va cambiando esta cantidad durante el año junto con su aporte a ríos y embalses durante la época de deshielo. Este conocimiento es esencial para conocer la disponibilidad hídrica y mejorar los pronósticos de caudales de los ríos, aspectos que son decisivos, por ejemplo, para la planificación del riego durante el verano”, detalla Schauwecker.

Nueva herramienta

En este marco, un grupo de investigadores del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), con el apoyo de diversas instituciones, crearon una nueva herramienta operativa, que proporciona datos sobre el equivalente en agua de la nieve en las cinco cuencas principales de montaña de la región de Coquimbo, abarcando el período desde el año 2000 hasta la actualidad. El equivalente en agua representa la cantidad de agua que se obtendría al derretir la nieve y es una buena medida para estudios sobre recursos hídricos y el ciclo del agua.

“Utilizamos un método científico llamado “asimilación de datos” que combina modelos computacionales, información meteorológica e imágenes satelitales para estimar la cantidad de nieve y convertirlo en una herramienta que brinde datos actualizados durante el invierno y durante la época de deshielo. La idea del proyecto es publicar los resultados actualizados en una plataforma web disponible para el público en general y para todos aquellos que requieran información sobre la nieve”, precisa el doctor Álvaro Ayala, investigador del proyecto.

La nueva información está disponible para todo público a través de la plataforma SWEET-Coquimbo (nieve.ceaza.cl),  y fue desarrollada en el marco del proyecto “Estimación de agua equivalente en la nieve – Una nueva herramienta operacional para la toma de decisiones sobre los recursos hídricos de la Región de Coquimbo (SWEET-Coquimbo)”, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID) a través del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF).

Asimismo, la plataforma permite visualizar cómo varía la cantidad de nieve entre un año y otro, junto con mostrar la disminución experimentada en los últimos años en el contexto de la megasequía. Además, facilita la comprensión de cuánta nieve está disponible para derretirse al finalizar el invierno. Ayala indica que “en la página se puede, por ejemplo,  comparar el año actual con años del pasado para entender si estamos en un año promedio, húmedo o seco”. Este año (2024), por ejemplo, los resultados de la plataforma muestran que en la mayoría de las cuencas de la región existe una acumulación de nieve cercana a un año promedio y bastante superior a la del invierno pasado, que fue muy seco.

Proyecto escalable

El equivalente en agua de la nieve (SWE, del inglés “snow water equivalent”) es estimado en un marco de asimilación de datos que combina datos de reanálisis meteorológico (ERA5), modelación hidrológica (modelo Snowmodel) y observaciones satelitales (Landsat) del área cubierta de nieve. Los datos disponibles en nieve.ceaza.cl se pueden descargar y utilizar con fines de investigación y diagnóstico.

“Los datos recién generados muestran SWE para el período 2000-2024, lo que permite comprender el comportamiento de la nieve por períodos más extensos de tiempo. Ahora podemos comprender mejor la respuesta de la capa de nieve regional a la megasequía de Chile central y las tendencias generales en el SWE durante las últimas dos décadas.  Además, nuestro método tiene un gran potencial para ser validado y aplicado a otras regiones montañosas con escasos datos in situ, ya que no depende directamente de ellos. La información que proporciona SWEET-Coquimbo es valiosa para estudios sobre disponibilidad hídrica y para mejorar los modelos y pronósticos de caudales, aspectos importantes para por ejemplo la planificación del riego durante el verano.”, concluye Schauwecker.

Cabe destacar que la iniciativa desarrollada por el Laboratorio de Glaciología del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) es liderada por Simone Schauwecker, Álvaro Ayala, Gonzalo Cortés, Eduardo Yáñez, Katerina Goubanova y Shelley MacDonell. La plataforma nieve.ceaza.cl ha contado con la retroalimentación acerca de su uso por parte de las Juntas de Vigilancia de las provincias de Elqui, Limarí y Choapa:de Río Elqui y sus Afluentes, Río Hurtado y sus Afluentes, Río Grande y Limarí y sus Afluentes, Río Illapel y su Afluentes. Asimismo, el proyecto ha contado con el apoyo de datos y experiencias anteriores de la Dirección General de Aguas (DGA); el Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y el Caribe (CAZALAC) y la Universidad de La Serena.