De acuerdo al CEAZA, en la Región de Coquimbo la fase El Niño comenzaría entre mayo y julio. ¿La presencia de El Niño significa que tendremos lluvias abundantes? Especialistas explican en esta nota que existen otros factores que afectan la ocurrencia y la magnitud de las precipitaciones por lo que la presencia de El Niño no garantiza un año lluvioso.

Cuando se aproxima el invierno una pregunta común que se suelen hacer los habitantes de la Región de Coquimbo es si durante la temporada, estará presente el Fenómeno de El Niño o La Niña, ya que de ello se piensa que  depende si existe la probabilidad de lluvias copiosas o escasas.  Pero, la situación es más compleja ya que ahora sabemos que existen otros fenómenos que también son determinantes a la hora de hacer un pronóstico estacional.

Pero primero, es importante definir qué son los fenómenos de El Niño y La Niña. De acuerdo al Dr. Cristian Muñoz, modelador estadístico de geociencias del Centro Científico CEAZA “en términos simples, El Niño y La Niña son fenómenos o patrones del clima que ocurren cada cierta cantidad de años. Se llama “El Niño” cuando las aguas superficiales de la zona ecuatorial central del océano Pacífico,  se vuelven más cálidas que lo esperado para la época del año por al menos cinco trimestres consecutivos, mientras que cuando las aguas se vuelven más frías se llama “La Niña”. Es importante decir que este ciclo formado por ambos fenómenos es conocido como El Niño – Oscilación del Sur (ENOS)  y afecta tanto al océano como a la atmósfera”.

LLUVIAS

El meteorólogo del Centro Científico CEAZA, Tomás Caballero, expresa que “si bien históricamente se ha asociado en Chile Central una fase El Niño con años lluviosos y una fase La Niña con años secos, durante los últimos años las investigaciones han revelado otros factores que afectan la ocurrencia y la magnitud de la precipitación en la región”.

Para graficar la relación entre el fenómeno del Niño y lluvias, el especialista realizó un análisis de los datos de precipitación registrados desde el año 1948 por la estación de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) del aeropuerto de La Florida de La Serena. Tomás Caballero indica que “se puede apreciar que la mayoría de los años Niña coinciden con déficit de precipitaciones, mientras que los años Niño siempre se encuentran por sobre el promedio histórico de precipitaciones en la región. Aun así, existen años donde la precipitación superó levemente el promedio coincidiendo con el fenómeno de la Niña, por ejemplo, los años 1967, 2008 y 2022. Por otra parte, existen años del Niño donde la precipitación apenas superó el promedio y presentó diferencias de hasta 100 mm respecto a los otros años del Niño, tales como 1982 y 2015, siendo este último uno de los Niños más intensos registrados”.

OTROS FACTORES

Dentro de los factores que se suman a La Niña y El Niño, el meteorólogo precisa que “se han descrito otras oscilaciones en la escala intra-estacional (es decir, con un período de semanas), que pueden influir en la ocurrencia de precipitaciones en Chile Central y por lo tanto, en la Región de Coquimbo, como es el caso de la oscilación de Madden – Julian (MJO), que “puede potenciar y también disminuir los efectos del Niño”.

Por otra parte, un fenómeno determinante para la sequía prolongada en la Zona Central de Chile es la “mancha cálida”, consistente en temperaturas del mar anormalmente cálidas frente a las costas de Australia y Nueva Zelanda, que a su vez calientan el aire y por acción del viento, intensifican  el Anticiclón Subtropical del Pacífico, lo que impide que los sistemas frontales lleguen a la Zona Central de Chile.

De acuerdo al Dr. Muñoz, el fenómeno de la “mancha cálida” “ha sido estudiado como contribuyente al período de mega sequía y la ocurrencia de episodios de alta temperatura máxima, no obstante, aún faltan estudios para cuantificar su nivel de impacto respecto a los otros factores antes mencionados”.

“Si bien el conocimiento actual sugiere que la precipitación en Chile central está dominada principalmente por el ciclo ENOS, esto no significa que una fase La Niña (o equivalentemente El Niño), vaya automáticamente a asociarse con un año seco o lluvioso, ya que deben considerarse los otros factores mencionados anteriormente y el contexto de mega sequía que está ocurriendo en Chile desde 2010, lo que trae como consecuencia la progresiva desertificación que está experimentando la Región de Coquimbo”, concluye el Dr. Muñoz.